miércoles, 30 de junio de 2010

ADN


hace rato que no estoy escribiendo ninguna nota, y me pareció apropiado tener que hacerlo ahora.
ya que todo el mundo esta hablando del caso de los Noble. que no me parece mal que se lo haga. lo que si me parece mal es ver a la gente y hasta algunos compañeros decir las cosas sin pensar. Me parece que hoy por hoy ya no se puede hablar sin pensar. porque todo el mundo lee lo que uno dice o escribe. y muchas veces lo mal interpretan.
es por eso que quiero decirles a todos una serie de cosas.
primero y principal, todos pero todos tienen que entender una sola cosa. que MARCELA y FELIPE, ellos son VICTIMAS de todo lo que están viviendo y pasando.
nunca se tienen que olvidar que ellos si llegan hacer hijos de desaparecidos (o sea serán mis hermanos), cosa que es muy probable que lo sean. mas por todo lo que esta pasando.
segundo, tienen que entender todos pero todos, que es "la culpa". cuando entiendan eso se van a dar cuenta porque realizan las cosas que ellos están realizando.
tercero, tienen que aprender de las abuelas. porque ellas que son las personas mas afectadas al tema. no creo que hayan escuchado decir a las abuelas que ellos son los culpables del hecho.
cuarto, los miedos. donde uno vive en una zona de comodidad, y de repente te pegan un martillazo en la burbuja donde vivías y no sabes que es lo que te podes encontrar en frente. si bien ellos tienen una de ganar que ellos siempre supieron que eran adoptados (una forma de decir, no?), recuerden que son millonarios. y el miedo de perder la herencia, también los debe afectar. si no son hijos de desaparecidos, no sabemos que es lo que hay enfrente. yo puedo responder, por mis cumpas (los 30.000) porque esa es mi familia. pero no puedo responder por la gente que no se como se maneja.
quinto, la vergüenza y el rechazo. una cosa que manejan muy bien nuestros apropiadores, es decir que lo que uno no conoce (o sea tus padres, la familia y los compañeros) son y fueron guerrilleros, que todo lo que ellos realizaron fue la destrucción, de no solo la sociedad sino que también del país. y que si nos hubieran querido como hijos no se hubieran metido en eso. tenia que prevalecer la familia. otra cosa que no se tienen que olvidar es que ellos siempre pero siempre te marcan que ellos (los apropiadores) nos salvaron la vida. y te hacen sentir en una deuda constante.
en mi caso, me crié en un barrio garca como hurlingham, jugaba al rugby en curupa. tarde cuatro años en volver a mi barrio. y hasta hoy, hay gente en ese barrio. que se creen que mis apropiadores eran buena gente. en ese momento mis compañeros de rugby, jamas se molestaron en buscarme, ni me tendieron una mano. me quede mas solo que adan en el día de la madre. entonces es cuando los apropiadores mas operan sobre tu cerebro. porque no tenes con quien hablar. el medio ambiente en donde te criaste son sus amigos. y tus amigos son los hijos de sus amigos. recuerde que lo de afuera no lo conoces. el futuro en este momento, para esos chicos es incierto. yo hoy, en mi vida. me encantaría sentarme a tomar un café con ellos.
porque me doy cuenta. que mis viejos, me dejaron la familia mas grande que un ser humano puede tener. a pesar del dolor, yo tengo 100 hermanos que están. que existen en mi memoria. que con algunos de ellos me siento a tomar café y es como si nos conociéramos de cuna a cuna. tengo miles de tias y miles de tíos, porque esos son los cumpas que estuvieron con papa y mama. algunos muy allegados, porque compartieron con mis viejos la militancia y otros compartieron el cautiverio. hoy tengo un montón de abuelas y madres. que con tan solo verme, me llenan de abrazos y besos. si ellos supieran la inmensa familia que nosotros tenemos y que ellos de ser hijos de desaparecidos tienen. van a tomar la misma determinación que tome yo. después de acabado el juicio de mi apropiador. yo a esta familia, no la cambio por nada. hoy a pesar de las torturas vividas en el campo de concentración con mi mama y mi papa. yo soy un tipo feliz. yo soy yo. con la historia vieja, la historia nueva y la historia que vendrá. peleo por lo mismo, que pelearon mis viejos. porque eso me lo pasaron ellos atraves del ADN. tengo la firme idea que MARCELA y FELIPE, de ser hijos de desaparecidos y dándoles su tiempo de reflexión, y un buen aguante de compañeros. en un par de tiempo mas, van a estar del mismo lado que nosotros (sabiendo la verdad).
porque a mi la verdad, contada por el tío edgardo, la tía delia, el tio miguel, el tío eduardo, la tía alejandra y la abuela estela y buscarita. me abrieron los ojos, porque la verdad libera.
yo les digo, no cambio mi verdad, por nada del mundo.
porque soy hijo de dos personas, que me amaron profundamente, como amaron a mi pais.

les dejo un fuerte abrazo a todos

YO (orgullosamente el 84, PEDRO ALEJANDRO SANDOVAL)

domingo, 6 de junio de 2010

Nota que nos realizo, Página/12 en abuelas

EL PAIS › TRES JOVENES QUE RECUPERARON SU IDENTIDAD DESPUES DE 2006 RESPONDEN A LOS CUESTIONAMIENTOS AL BANCO NACIONAL DE DATOS GENETICOS

“Nos quieren meter en esta pelea y nos sentimos manoseados”

El abogado de Ernestina Herrera de Noble, Gabriel Cavallo, impugna el trabajo del BNDG a partir de 2006. Tres nietos recuperados después de esa fecha reivindican el funcionamiento de la institución que les permitió conocer sus orígenes.

Por Victoria Ginzberg

Francisco Madariaga supo en febrero de este año que su mamá estaba desaparecida. Pudo abrazar a su papá, que lo había buscado durante 32 años. Martín Amarilla se enteró quién era en noviembre de 2009, dos años después de que le sacaran sangre. Alejandro Sandoval recuperó su identidad en junio de 2006, y en su caso hubo que hacer dos allanamientos en su casa porque él se resistía a enfrentarse con la verdad. Si prospera el planteo del ex juez Gabriel Cavallo, nuevo defensor de Ernestina Herrera de Noble, que impugna el trabajo del Banco Nacional de Datos Genéticos desde 2006 a la fecha, sus orígenes y el de otras quince personas volverían a quedar cuestionados. “Resulta que nos chuparon treinta y pico de años y nos quieren meter en esta pelea. No lo merecemos. Yo me siento manoseado. Es faltarle el respeto a mucha gente. A mí, a mi mamá muerta, a las Abuelas”, se enoja Francisco.” Para nosotros, que ya recuperamos la identidad, el planteo es hasta ridículo, pero también están los que están por venir, los 400 nietos que faltan”, agrega Martín. Alejandro habla en nombre de todos cuando dice: “Acá lo que importa son los chicos: si se hace el análisis y resulta que son hijos de desaparecidos, tiramos la casa por la ventana porque significa recuperar a dos hermanos. No nos importa el monopolio, la política, no nos importa nada. Los estamos esperando, como a los 400 que faltan. Y les vamos a dar el tiempo que necesiten”.

Las historias de Alejandro, Martín y Francisco son únicas, pero hay aristas en las que se reconocen. Y tal vez sólo ellos y el resto de los jóvenes que pasaron por el trance de dudar si eran hijos de desaparecidos que fueron apropiados durante la última dictadura militar puedan asomarse a la idea de lo que les pasa por la cabeza a los hijos adoptivos de la dueña de Clarín. En el caso de Felipe y Marcela Noble Herrera ni siquiera está comprobado si están atravesados por el terrorismo de Estado. Pero esta duda inicial sólo podrá ser superada si se concretan los análisis de ADN que los abogados de Herrera de Noble lograron postergar durante más de ocho años.

Alejandro, Martín y Francisco fueron apropiados por agentes de inteligencia vinculados a la represión ilegal. Alrededor de treinta jóvenes restituidos crecieron, en cambio, con civiles que los adoptaron. En general, estas personas no fueron detenidas, ya sea porque fueron terceras de “buena fe” o porque los jueces decidieron no procesarlas.

Preguntas

La charla no empieza por el caso de los hermanos Noble Herrera. Los jóvenes quieren reivindicar sus orígenes, sus búsquedas y las de sus familias y el proceso que llevó a que los tres se encuentren a tomar unos mates en la sede de las Abuelas de Plaza de Mayo. Creen que a partir del cuestionamiento al BNDG que hacen los abogados de Clarín sus propias historias están siendo impugnadas.

El termo lo trae Martín. Alejando es el único de traje y corbata. Francisco es el último en llegar y los otros elogian su remera: fondo negro y en letras naranjas la leyenda “la identidad que florece es la que nace de la verdad”. Por momentos, las preguntas las hacen ellos. “¿Cómo te llevabas con tu apropiador? ¿Era violento?”, interroga Francisco a Martín. Eso sí, después dirá: “No preguntes más, periodista, sobre por qué tenía la certeza de ser hijo de desaparecidos. Eso se lleva adentro. Es difícil de explicar”.

Dos años de espera

Martín dice que dudaba desde el nacimiento. Que su adopción era una certeza. Pero nadie se lo confirmaba. Como sus apropiadores eran grandes, creía que tal vez eran sus abuelos biológicos y que le ocultaban la muerte de sus verdaderos padres. En 2007 fue a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y se sacó sangre para saber si era hijo de desaparecidos. El resultado fue negativo. Le dijeron que existía la posibilidad de que efectivamente fuera hijo de desaparecidos pero que por algún motivo su caso no estuviera entre las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). El prefirió hacer borrón y cuenta nueva. Dos años después, recibió un llamado telefónico. Le pidieron que se presentara en la Conadi. Una sobreviviente de Campo de Mayo había asegurado que la desaparecida Marcela Molfino había dado a luz a un niño mientras estaba secuestrada en ese centro clandestino. Pero el dato no figuraba en Abuelas. El caso no había sido denunciado nunca antes. Otros dos testimonios sumaron coincidencias y, así, la sangre que Martín había dejado en el Banco se cruzó con muestras que fueron solicitadas a las familias de Marcela Molfino y Guillermo Amarilla. “Cuando secuestran a mi vieja nadie sabía que ella estaba embarazada. Algunos piensan que quedó embarazada en cautiverio, porque ella y mi papá estuvieron un tiempo detenidos juntos en la ESMA. Otros piensan que estaba de una o dos semanas cuando se la llevaron. Pero son conjeturas. Cuando la secuestraron, hubo un tiroteo y la hirieron. Muchos pensaban que había muerto al poquito tiempo. Menos iban a pensar que estaba embarazada.”

Su apropiador se llamaba Jorge García de la Paz y era auxiliar contable del Batallón 601, pero a Martín le daba vergüenza y en la escuela decía que era empleado, oficinista. Murió cuando Martín tenía 14 años:

“El vínculo era extraño, era alcohólico. Por momentos estaba todo bien y por momentos era un infierno. Conmigo no era violento. Me preguntaba si era feliz. La violencia pasaba por otro lado, la mentira ya es un acto de violencia. Con ella (su apropiadora) sí era violento, no llegaba a pegarle, pero estaba al límite. Yo sentía la necesidad de contenerla.”

Sin demoras

“A mí me tocó un tipo bastante más jodido –arranca Francisco–, tenía una relación violenta. Tenía una agencia de seguridad, yo fui a trabajar ahí en el último tiempo y eran amenazas de muerte, peleas constantes. El jamás me iba a decir la verdad. Mi meta era hacer quebrar a la mujer y el dos de febrero lo logro, me dice que no soy su hijo. El 3 vine a Abuelas, el 4 me saqué sangre y el 17 de febrero me dicen… Ahora él está en Marcos Paz con sus amigos.” El es Víctor Alejandro Gallo, también agente de inteligencia del Ejército, que fue detenido por la jueza Sandra Arroyo Salgado.

Francisco no quiere que nadie le saque el mérito de haber encontrado a su papá (Abel Madariaga, secretario de Abuelas de Plaza de Mayo), de recuperar la historia de su mamá, Silvia Quintela, que lo parió en Campo de Mayo, y de haber mandado al ex carapintada Gallo a prisión. Nadie. Y menos el ex juez Cavallo: “Mi apropiador estuvo vinculado a la causa AMIA, le alquiló ametralladoras antiaéreas al Gordo Valor, tiene la Masacre de Benavídez y yo lo metí preso. Yo vine a Abuelas. Y esto que hacen tira para atrás toda mi lucha y la de todos nosotros”. Encontrar su identidad fue, para Francisco, poner nombre y apellidos, hacer historia con la certeza que siempre llevó adentro, aunque admite que de chico recibió algunos mensajes. “Cuando el padre de Gallo estaba viejo y se estaba por morir, tenía demencia senil. El me decía ‘zurdito, puto, maricón, sacate el arito’. Todos decían ‘está loco’… y después me entero de todo. ¡El viejo me estaba diciendo la verdad! ¡Estaba buenísimo!”

Dos años de resistencia

Alejandro escucha y dice que los admira. El jamás tuvo dudas. Tenía una linda y apacible vida. El año pasado, durante el juicio a su apropiador, Víctor Rei, él fue testigo por la defensa. “Yo defendía lo que conocía, tuve una buena crianza, una buena educación y me pasó todo lo contrario que a ellos dos. A Amarilla le daba vergüenza decir que su padre era militar y yo me mudé cuando me enteré que podía ser hijo de desaparecidos, me daba vergüenza, nunca había escuchado qué era un desaparecido, qué era una Abuela de Plaza de Mayo”, cuenta Alejandro.

Su vida cambió un buen día en que un mensajero le tocó la puerta con una citación de la jueza María Servini de Cubría. Cuando fue a Comodoro Py para ver de qué se trataba, se encontró con el secretario letrado Ricardo Parodi Lascano, que le dijo que podía ser hijo de desaparecidos y le pidió 240 mil pesos para “perder el expediente” (el funcionario judicial fue denunciado por Alejandro Sandoval y dejó su cargo). Rei fue a prisión y desde allí lo llamaba para que se negara a sacarse sangre. “Tenés que cuidar a Alicia (su apropiadora), si te hacés el análisis la van a meter a ella en cana”, le decía.

Servini de Cubría ordenó un allanamiento, pero Rei fue alertado y le avisó a Alejandro, que ahora relata: “Preparamos el lugar, agarramos el cepillo de dientes de él y se lo pasamos por la boca al perro, el peine también. Los policías que vinieron, en ese entonces lo hacían policías, se sentaron a tomar mate y nos pedían ‘dame el cepillo de dientes’, ‘tomá el del perro’, ‘un peine’, ‘tomá el del perro’. Me pidieron una prenda y cuando voy a agarrar algo del lavarropas, me dicen `dame esa que está limpia`. También se llevaron sábanas y toallas limpias. Cuando llega a las manos de Servini y ve cómo estaban las cosas, dio una nueva orden y ahí vinieron a las tres de la mañana, ya vinieron con testigos, todo bien, hicieron lo que tenían que hacer. A mí me molestó que vinieran a las tres de la mañana. Si agarro y te pido tu media, a vos te va a molestar… es molesto que te saquen tus cosas, pero si vas al trasfondo de por qué te hacen esto, una vez que pasa el vivo, que te enfriaste, decís ‘tienen razón’. Es que no te querés hacer el análisis de sangre para saber una realidad porque estás defendiendo a una persona que por suerte y por desgracia te dio una buena vida. Pero atrás de todo eso hay una lucha de más de treinta años de gente que quiere saber dónde están sus nietos. Vos sos mamá, te roban a tu hijo, vos querés saber dónde está”.

Alejandro asegura que, a él, el clic le hizo cuando terminó el juicio contra Rei. Su apropiador y su familia lo responsabilizaron por la condena a 16 años que recibió. Agradece que la Justicia se llevara sin preguntar sus prendas –las sucias– al Banco Nacional de Datos Genéticos, porque fue la forma de saber la verdad sin sentir culpa. “Lo dije el año pasado cuando la Corte Suprema avaló los allanamientos, para mí es lo mejor que hay, a mí me sacó la mochila.” Entre los varios planteos que hizo Rei en el proceso judicial, también figuró la impugnación a los análisis de ADN de Alejandro. Para despejar toda duda, el examen se repitió, esta vez, a través de una muestra de sangre, pero el resultado no varió.

“Es un proceso. A uno le puede llevar un día, a otro, un año, y capaz que a otro le lleva una vida. Está el caso de Matías Reggiardo Tolosa, a quien considero un hermano. El salió en la tele diciendo que no quería saber nada, etc. Pero Matías estuvo el otro día acá, vino a hablar con Estela. Las Abuelas no publicitan esas cosas, porque las Abuelas no le dicen a nadie ‘tenés que hablar’. Marcela y Felipe deben querer a esa mujer. No lo discutimos. Pero ellos conocen una historia y es probable que no sea la verdad”, dice Alejandro.

Dos hermanos

Marcela y Felipe. Alejandro, Martín y Francisco quisieran preservarlos. Quisieran sentarse a tomar un café con ellos y preguntarles cómo están y no mencionar la causa judicial. Pero también se preguntan, porque lo saben, cómo se aguantan vivir sin un “contexto”, no saber a quién se parecen, de dónde vienen algunos de sus deseos. “Es un presente continuo que no te lleva a ninguna parte. Es la mentira constante”, aseguran. Alejandro está convencido de que “no hay nada más lindo que saber la verdad, aunque te puede doler”. “Hablan de vejación –agrega–, vejación es la que sufrieron nuestros viejos.” Los tres se irritan cuando cuestionan a las Abuelas. “Sin ellas, sin el Banco Nacional de Datos Genéticos, nosotros no sabríamos nada”, se hace oír Martín. Se enojan porque los abogados de Clarín actúan como si los análisis se fraguaran con el único objetivo de ganar una pelea política: “A las Abuelas no les interesa cualquier chico, una abuela quiere a su nieto. Y si el análisis da y desconfían, que se lo repitan en cualquier parte del mundo”, coinciden. “A mí me llevó diez años llegar acá –cuenta Francisco–. El proceso lo hice antes y lo sufrí. Pobrecito el que tiene que vivir un minuto lo que viví yo. Ellos hablan con bronca del procedimiento, pero a mí me pasaron un montón de cosas y hasta que no conocí a mi familia, a mis tíos, a mis primas, no me puse en ese lugar: la puta…, me sacaron a toda esta gente que era mía, que me quiere, que haga lo que haga va a estar. Había un montón de gente, pero un montón, que ni me podía imaginar, esperándome. Estos chicos no son libres. Ellos no están hablando. No sé lo que están pasando y tampoco los cuestiono. Pero si los querés, dejalos que conozcan su verdad.”

AYÚDENOS A NO PERDER DE VUELTA NUESTRA IDENTIDAD Y RECUPERAR A LOS 400 HERMANOS QUE FALTAN

sábado, 27 de febrero de 2010

nota de radio que me realizo el periodista del washingtong post

http://www.npr.org/templates/player/mediaPlayer.html?action=1&ilist=false&id=124125440&m=124149929

pequeño resumen de lo hecho por nestor y cristina

CORRIENTE PLATENSE PARA LA VICTORIA
1946-24 de febrero-2010
Hoy se cumplen 64 años de una de las fechas más trascendentes en la historia política de nuestra patria, donde el peronismo logra su primer triunfo electoral y se constituye en el movimiento político y social más importante de Argentina y Latinoamérica.
Estamos aquí para reafirmar nuestra defensa del Proyecto Nacional y Popular, sustentado en la historia y memoria del pueblo argentino y hermanado en el sentimiento de todos los pueblos que conforman “Nuestra América”, con el objetivo permanente de lograr la Patria que soñaron y por la que dieron la vida, la compañera Evita, el General Juan Domingo Perón y todos nuestros compañeros que pelearon por la Liberación
Valoramos la histórica transformación realizada a partir del 25 de Mayo de 2003, por el compañero Néstor Kirchner que manteniendo la vigencia de las tres banderas históricas del Movimiento Nacional: Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia social, levantó al país destrozado por la crisis más grave de sus 200 años de historia, y consiguió devolverle la esperanza a millones de argentinos, con logros que nos enorgullecen y forman parte del modelo nacional que conducen Cristina Fernández de Kirchner, en la Nación y Daniel Scioli, en la Provincia de Buenos Aires.
Defendemos este modelo económico que garantiza nuevos derechos, promover el desarrollo con inclusión social y que le permitió a la Argentina crecer a tasas del 8 por ciento anual, aumentar las reservas de 8 mil a 48 mil millones de dólares en 7 años, reducir la deuda externa en un 65 %, cancelar la deuda con el FMI, reducir la pobreza del 52 % a menos del 13 % y pulverizar la indigencia generada por la quiebra del Estado argentino en 2001.
Celebramos que se otorgaron más de 15 aumentos a jubilados y pensionados. Que se incluyeron al sistema jubilatorio a mas de 2 millones de personas. Que se terminó con el sistema de capitalización de las AFJP, y se recuperó por ley la movilidad de los haberes jubilatorios.
Aplaudimos la Asignación Universal por hijo, que incluye a mas de 5 millones de niños. Reconocemos el renacer de la industria nacional y la creación 4 millones y medio de empleos. Obteniéndose además la sanción de la Ley del Salario Mínimo Vital y Móvil para todos los trabajadores en relación de dependencia más alto de toda Latinoamérica.

Valoramos la valentía de este gobierno de desarticular los monopolios de información promoviendo la comunicación social para todos.

Nos comprometemos a profundizar la política de Derechos Humanos, que por primera vez se implementa desde el estado siendo ejemplo en Latinoamérica y en el mundo, que a partir de la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, ha permitido avanzar en los juicios y castigo de todos los militares represores, autores de crímenes de Lesa Humanidad.
Respaldamos la defensa de los intereses de la Patria que este gobierno viene llevando a cabo mediante la búsqueda del consenso de las Naciones en el reclamo pacífico pero enérgico de soberanía sobre nuestras Islas Malvinas.
Reconocemos y creemos que la “Educación es la herramienta fundamental para la liberación del pueblo”. Por eso valoramos que nuestro gobierno llevó la inversión en educación al 6% del PBI, como manda nuestra ley pero que nunca antes se había cumplido. Además se quintuplicó el salario docente y se han repatriado a 700 científicos que volvieron a creer en la Argentina.

En este marco, desde La Plata, cuna de importantes cuadros militantes que protagonizaron fuertemente la historia de nuestro país, ciudad que concentrara la acción represiva mas violenta en contra de nuestro movimiento, con el triste saldo de ser el lugar con la mayor cantidad de victimas de la dictadura genocida instalada en 1976, con la convicción de reivindicar y de continuar esa lucha conformamos la “Corriente Platense para la Victoria”, un espacio abierto de trabajo, para defender en la ciudad, el PROYECTO NACIONAL Y POPULAR, que encabezan Néstor y Cristina.
Para concluir declaramos y sostenemos desde La Corriente Platense para la Victoria que acompañamos a nuestra Presidenta Cristina Fernández y al compañero Néstor Kirchner porque no hay Proyecto Municipal, sin pertenencia al Proyecto Nacional y Provincial.

Viva La Patria, Viva Perón, Viva Evita, Hasta la Victoria Siempre

sábado, 13 de febrero de 2010

Nota que me realizo THE WASHINGTON POST

Huérfanos en la guerra sucia de Argentina, el hombre se debate entre dos familias,

Por Juan Forero
Washington Post Staff Writer
Jueves, 11 de febrero 2010

BUENOS AIRES - Alejandro Rei se negó a aceptar la verdad, incluso después de la que pensaba que era su padre detuvo el coche en una noche y le dijo que había sido adoptada.
"Tú eres el hijo del desaparecido", le dijo Víctor Rei, con los ojos arrancando.
Alejandro no lo sabía entonces, pero Víctor habría tenido conocimiento íntimo: Había sido un oficial de inteligencia militar, un engranaje en una máquina militar feroz que en la década de 1970 se estrelló dos grupos rebeldes en la Argentina por el secuestro y tortura de presuntos guerrilleros y disidentes. Las víctimas fueron fusilados y enterrados en tumbas anónimas, o sedados y arrojados vivos desde aviones sobre el Atlántico sur.
En el léxico lúgubre de la dictadura de América Latina, que eran los "desaparecidos". Y en esa noche en 2004, Alejandro fue enterarse de que sus verdaderos padres habían sido víctimas de la junta militar durante la "guerra sucia".
Durante casi cinco años, sin embargo, Alejandro se debate entre el reconocimiento de la suerte de sus verdaderos padres y su lealtad a las personas que lo crió.
La revelación de Víctor fue el comienzo de un proceso largo, tortuoso, que incluiría las redadas policiales, las pruebas de ADN, un ensayo que puso el padre de Alejandro había conocido tras las rejas y, por último, una reunión de rocas con la familia biológica que quería de vuelta desde 1977.
"Cuando sucedió todo esto, empecé a llevar un peso llama culpa, y me culpaba a mí misma para todo esto", dijo Alejandro, de 32 años. "No fue hasta 2009 que me di cuenta que no era culpable por todo lo que había sucedido".
Con 400 niños aún en paradero desconocido, la Argentina se está acelerando la búsqueda de aclarar uno de los grandes misterios de la dictadura militar más brutal de América del Sur: ¿Qué pasó con los bebés robados? Lo que se sabe es que, como Alejandro, los niños fueron arrebatados de las madres condenados en centros de detención clandestinos, sobre todo desde 1976 hasta 1978, luego planteadas por las familias de militares o sus cómplices.
Los encabezar la búsqueda de pertenecer a un grupo de abuelas dedicada a encontrar a sus nietos perdidos. Ellos tienen aliados en el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la ayuda de una herramienta de gran alcance: una ley aprobada en noviembre para acelerar el proceso de identificación, al obligar a los jóvenes adultos piensa que los hijos de los desaparecidos a proporcionar muestras de ADN.
Conducir el esfuerzo es una realidad acuciante: Las abuelas están muriendo.
"No tenemos tiempo para seguir esperando, porque todos estamos muy viejos", dijo Estela Barnes de Carlotto, de 82 años, quien es presidente de las Abuelas de la Plaza de Mayo y está buscando al hijo de su hija. "Hay abuelas que tienen 90 años o más que aún no han encontrado a sus nietos."
Hasta la fecha, 100 bebés robados - ahora en la mayoría de los 30 años - han sido encontrados.
Pero si la experiencia de Alejandro sirve como un mapa de carreteras, el esfuerzo de encontrar el resto está seguro de ser marcados con la duda y el dolor desgarrador. Como él, muchos vendrán a dos realizaciones terrible: que los padres que han conocido los elevó de forma ilegítima y que, en algunos casos, sus padres adoptivos, participó en la muerte de sus padres biológicos.
Algunas, como Evelyn Vázquez, han hecho todo lo posible para frustrar los investigadores, que creen que deben proteger a los padres que los criaron. Otros, como Manuel Gonçalves, dijo que recuperar su identidad perdida ha significado todo. "Cuando me enteré de que no conocería nunca a mis padres, era muy duro, pero también aprendí la verdad", dijo Goncalves, 33.
Verdad versus el derecho a la intimidad está en el centro de un acalorado debate en un país que todavía está lidiando con la forma de impartir justicia en un cuarto de siglo después de su última dictadura terminó.

Robando la cuna
Las raíces del terrorismo de Estado se remontan a mediados de la década de 1970, cuando la incompetente administración del presidente Isabel Martínez de Perón era impotente para detener los bombardeos y asesinatos.
Los generales se trasladó el 24 de marzo de 1976, derrocar al presidente y se establece una estrategia despiadadamente eficiente: reunir a presuntos guerrilleros y sus simpatizantes y torturarlos. Si la información fue recogida de utilidad o no, los detenidos fueron asesinados, hasta 30.000 de ellos, según grupos de derechos humanos.
Lo que los militares no había considerado era qué hacer con los bebés nacidos en los centros de tortura.
Alan Iud, coordinador de los abogados de las Abuelas, dijo que los planificadores militares decidieron matar a las madres, elaboración de certificados de nacimiento falsos para los niños huérfanos y entregarlos a familias de militares.
"La entrega de los niños a los miembros de las fuerzas armadas, evidentemente, era un mecanismo por el cual cada uno de apropiación podría demostrar su compromiso con el régimen", dijo Iud.
Los fiscales se están preparando para una prueba en la que el dictador militar desde 1976 hasta 1981, el general Jorge Rafael Videla, y otros oficiales de alto rango serán juzgados por cargos de haber operado una red de robo de bebé alimentado por lo que los investigadores llaman una ideología perversa .
"Ellos pensaron que usted no dio a los hijos de subversivos a los abuelos de los subversivos porque van a ser subversivos, también", dijo la jueza María del Carmen Roqueta, que supervisó el juicio de Víctor Rei.
Entre las madres, cuyo destino fue sellado sobre su arresto el 1 de julio de 1977, fue Liliana Fontana. Tomado prisionero con su acompañante, Pedro Sandoval, que fue arrojado a un centro de tortura apodado el Athletic Club. Sólo el 20, ella no sabía que sus carceleros habían siniestros planes para ella, Sandoval y el bebé que llevaba.
Estaban alojados en un calabozo, cada uno en forma de tubo de 3-por-6-células pie. Los presos políticos que sobrevivieron al Athletic Club hablar de cómo los interrogadores utilizan picanas eléctricas para obtener información.
Delia Barrera, que tuvo lugar durante 92 días, recordó la joven pareja. "Los opresores utilizados como mano de obra esclava - que tenían que traer comida, lavar la ropa, limpiar los baños", recordó Barrera.
Dos recuerdos claro perseguirla - como Fontana y Sandoval silencio cantaba canciones de amor el uno al otro y cómo el 4 de noviembre de 1977, el día Barrera fue trasladado desde el centro, Fontana abrazó a su adiós. "Ella me dio un beso, y pude sentir su embarazo", dijo Barrera.
Los investigadores piensan que Fontana fue enviado a la célebre centro de detención de Campo de Mayo, de dar a luz el 28 de diciembre de 1977. Luego se desvaneció, al igual que Sandoval.
Los padres de Fontana, Clelia Deharbe de Fontana y Rubén Antonio Fontana, ampliada, una foto de su hija y comenzó a marchar con él fuera del palacio presidencial, y exige saber qué había pasado con ella. Poco tiempo después, las madres y abuelas hicieron lo mismo.
Según pasaban los años y Deharbe de Fontana di cuenta de que no volvería a ver a su hija de nuevo, se volvió su atención a un nieto que ella sintió aún estaba vivo.
"He tenido noticias de niños que habían estado con ella en el centro de detención y que había sido aún embarazada", recordó Deharbe de Fontana, de 78 años, en su mesa de la cocina en un suburbio de Buenos Aires. "Yo seguía buscando, siempre, siempre, siempre tenía que ir."
Una generación más tarde, su impulso de aprender la verdad saldría disparaba en la vida suburbana Alejandro Rei agradable.

Atrapados en el medio
Sus días estaban llenos de encuentros de rugby, comidas y comodidades tranquila en Hurlingham, un suburbio de Buenos Aires, de jardines y casas de estilo Tudor. Se había entrenado como un chef y un técnico en computación y que había mantenido una serie de puestos de trabajo, incluyendo panadero y dueño de la gasolinera. Su padre, Víctor Rei, fue un querido profesor. Su madre, Alicia Arteach, era conocido por ser especialmente cariñoso con Alejandro y un hijo mayor.
Alejandro tenía la menor idea, pero las Abuelas hacía tiempo que había dirigido su atención a Víctor, que ya en la década de 1980 había aparecido en los procedimientos de gobierno a declarar sobre las tácticas militares en la guerra sucia. Más tarde, una idea tentadora provenía de un vecino de la familia de Rei, que recordó cómo Arteach había mencionado una vez que Alejandro había sido adoptada.
En 1987, una abuela - pensando Alejandro, a continuación, 8, era su nieto - se presentó en la casa de Rei y dijo: "Tú eres mi nieto".
"No, yo no estoy", respondió Alejandro.
Rei y Arteach rápidamente inventó una historia que una banda fue el secuestro de niños y le advirtió que evitar todos los extranjeros.
Pero, aunque los oficiales militares que torturaron y mataron estaban protegidos por la amnistía, el delito de robo de bebé estaba abierto a la acusación, y en 2002, Víctor fue de nuevo llamado a dar testimonio. "La justicia le había identificado completamente", explicó Alejandro. "Lo que les faltaba era la confirmación de que yo era el hijo de los desaparecidos."
Las Abuelas siguieron excavando, recoger el certificado de nacimiento de Alejandro. Es revelador, que fue firmado por un médico que había con frecuencia poner su nombre en los certificados de nacimiento falsos.
Víctor empezó a temer que sería acusado, especialmente después de Néstor Kirchner ganó la presidencia en 2003 y se comprometió a derogar las leyes que los oficiales militares blindados.
Así, en marzo de 2004, en que tarde-noche de regreso a casa, Víctor dijo a Alejandro que él y Arteach lo había llevado en 1978 para salvarle de una muerte segura. Le dijo a Alejandro que un oficial militar de Campo de Mayo tenía órdenes de matar a los bebés, pero había desafiado a sus comandantes y Alejandro trajo a la casa de Rei.
Víctor pidió a Alejandro que hacer todo lo posible para proteger a él y Arteach de la persecución. Cuando las Abuelas solicitó una muestra de sangre de Alejandro, para comparar su ADN con el de los abuelos de los desaparecidos, que no cooperó.
"Yo pesaba todo lo que yo había vivido en mis 26 años", explica Alejandro. "Yo pensé, lo que había recibido era un verdadero amor, un afecto real, así que decidí que iba a defender a ellos tanto como pude."
Pero en mayo, las autoridades habían suficientes pruebas circunstanciales para enjuiciar a Rei con el secuestro y falsificación de documentos. Fue detenido, por coincidencia, en Campo de Mayo.
En los informes de prensa, la información empezó a salir acerca de Rei. No había sido un burócrata en el ejército, como Alejandro había sido llevado a creer, pero había sido un operativo de inteligencia principal.
Alejandro recuerda aquellos días de confusión como los de la soledad extrema, sin saber a quién creer.
En ese momento, la extracción de ADN depende de la cooperación de los jueces que estaban dispuestos a poner más peso sobre el derecho de una abuela para saber que el derecho de otra persona a la intimidad. Uno de los jueces tal, María Servini de Cubría, hizo que en el caso de Rei, ordenar un allanamiento en el apartamento de Alejandro.
La policía recogió un peine y un cepillo de dientes. El 14 de julio de 2006, las autoridades anunciaron que el ADN recogido de las pertenencias demostró que sus padres fueron Liliana Fontana y Pedro Sandoval.

A rendir cuentas
Menos de dos meses después, Servini de Cubría convocó a su oficina de Alejandro y su familia biológica - los abuelos, tíos, tías, primos.
Alejandro dijo que él y los otros se quedaron con nerviosismo hasta que el hermano Liliana Fontana, Edgardo Fontana, rompió el hielo con una broma: "Bueno, aquí estamos, así que vamos a cumplir".
"Ellos me abrazó, y yo tenía mis manos hacia abajo", recordó Alejandro. "Yo no sabía qué hacer. Entonces me abrazó de nuevo, y se puso a llorar.... Ellos sintieron que habían encontrado a su nieto."
Durante los próximos dos horas, los miembros de la familia habló, sobre todo acerca de lo que cada uno hacía para ganarse la vida. Todos ellos de puntillas alrededor de la realidad más delicada, la suerte de los familiares de Alejandro y su vida con la Reis. A partir de ahí, comenzaron a buscarlo, tratando de convertirse en una parte de su vida.
"Yo había vivido 26 años en paz hasta que apareció, y luego me volví loco para dos, tres, cuatro años", dijo Alejandro. "Yo estaba realmente molesto que ya no podía vivir la vida que tenía."
Con la identidad de Alejandro firmemente establecido, Víctor tenía pocas posibilidades de montar una defensa fuerte, cuando el juicio comenzó en febrero de 2009. Es de esperar que Alejandro, en el testimonio, que hablar bien de él. En ese momento, Alejandro dijo que él había comenzado a la deriva de Víctor y Arteach pero decidió contar su infancia feliz.
"No podía negar que eran buenos padres", dijo.
Tenía la esperanza de que Víctor, también, se cuentan la realidad de cómo había llegado a plantear Alejandro. Pero Víctor argumentó que sus motivaciones habían sido los mismos que los de las familias estadounidenses que los huérfanos vietnamitas adoptados durante la guerra de Vietnam.
"Estoy siendo detenido ilegalmente", dijo el juez. "No hay precedente en el mundo, ni siquiera en la Rusia de Stalin, para que alguien sea juzgado por levantar un huérfano".
Escuchando, Alejandro dijo que comenzó a tomar en lo que había sucedido a sus padres y cómo no se había adoptado - para salvarlo, sino porque los militares sabían que podían tener los bebés de los desaparecidos.
"A continuación, comienzan a darse cuenta de que la persona que te crió fue un participante en esa situación", recordó. "Se siente todo: dolor, ira, tristeza, rabia. Everything."
El veredicto fue implacable: El ex agente de inteligencia, de 69 años, recibió un 16-años. Arteach no fue juzgado, pero Alejandro dijo que no puede tener más nada que ver con ella.
"Ella optó por seguir mintiendo y ocultando las cosas de mí, así que no puede tener relaciones con una persona que hace eso", dijo.
A partir de ese momento, Alejandro y su novia, Julia Vera, se han dedicado a unir las piezas del pasado.
Se enteró de que su padre, un activista sindical de 12 años más que Fontana, había caído en amor con la chica de voz suave después de ser presentado por uno de sus hermanos. Los dos habían estado preparando un garaje para la vida que planeaban compartir con el bebé que viene.
Alejandro piensa que habría disfrutado de crecer con ellos.
Se ha tratado de compensar la pérdida de su vida, dijo, mediante el establecimiento de un vínculo fuerte con sus abuelos. En un día reciente, llegó a su casa y recibió una lluvia de abrazos y besos. Deharbe de Fontana dijo que no puede conseguir más de lo mucho que su nieto se parece a su hija - especialmente sus grandes ojos redondos. "Mi hija sería feliz", dijo.
Alejandro, quien tiene ahora una posición burocrática en el gobierno federal, dijo que ha llegado a un acuerdo con lo que le ocurrió y quién es él. En diciembre, presentó una muestra de sangre a las autoridades y su ADN fue una vez más a prueba.
Las pruebas resultaron positivas. Se le dijo el 21 de diciembre, el cumpleaños de Liliana Fontana.
El hallazgo significa Alejandro puede cambiar legalmente su nombre.
"Lo único que ahora la izquierda," dijo, "es cambiar la tarjeta de identidad para decir que soy Pedro Alejandro Sandoval Fontana".

aca les dejo el link, para que la lean en su idioma original, gracias